martes, 29 de marzo de 2011

Puerto de Navacerrada a Cotos.

Una buena tarde, como el que no quiere la cosa, me da el venazo y cojo los bártulos de esquí de montaña y me piro a la sierra de Guadarrama, las tardes cada vez son más largas así que aunque se me va la tarde en los preparativos aún llego con algo de luz, de todas formas no pienso volver en el día.


Comienzo a foquear por las pistas de Bola del Mundo las nubes están muy bajas y un poco más arriba ya tengo la niebla envolviéndome.



Al llegar al "cohete" ya se me hace de noche.


La temperatura está bajando y la niebla meona me empapa (por fuera) todo el equipo. Tiro de GPS y de frontal y bajo hacia la Peña del Águila, para tomar la loma del Noruego, esquivando calvas que con la llegada de la primavera van aflorando por todo el manto blanco.

Al alcanzar el depósito que abastecía la estación de Cotos acampo y estreno la funda de vivac, a ver cómo se porta, me preparo una sopita caliente y a dormir.

















A la mañana siguiente la intención era subir al Peñalara pero la llovizna lo había empapado todo (el saco no), las pieles de foca no pegaban y se acabó el juego, bajé a la estación de Cotos y vuelta al Puerto de Navacerrada en tren.

domingo, 20 de marzo de 2011

Canchal de la Ceja (2.430 m.) (con esquís)


Un lunes cualquiera puse pies en polvorosa, bueno más bien en La Covatilla (Sierra de Béjar), allí me disfracé de montañista y, no sin antes pasar por el tigre, me dirigí a subir toda la ladera de la estación arrastrando los pies con la técnica que dios me enseñó de esquí de travesía.

El día: ESPECTACULAR. La compañía: Solypandi y yo.

Hice fotos a los paisajes, a mi tratando de acertar con el temporizador y marqué puntos en el GPS para ir haciendome con él.

Me reencontré con un corredor que perfectamente puedo bautizar con el nombre de "Cagando vinagre" de 80º de inclinación que hice cuando tenía 21 años en solo Integral, usease sin cuerda, arnés ni nada para asegurarse y cargando con la mochila de 75 litros, con el saco, la ropa de abrigo, la tienda de campaña, el camping gas de bombona azul y las galletas Príncipe, y como utensilios para la escalada crampones de correas y un piolet de travesía. ¡Qué tiempos aquellos! (Ja! y ahora dicen que estoy zumbao, estos no me han conocido en los buenos tiempos, beeeeeeeee!).

La jornada muy buena, llena de buenas sensaciones y hecho un toro después de cargar de eritrocitos mi sangre en Sierra Nevada.

Después de llegar a mi objetivo me zampé un bocata de jamón con tomate y volando al coche, no sin antes palmar un par de cuestas sin foquear y tratando de hacer paso de patinador hasta arriba.


Canchal de La Ceja (2.430 m.)












viernes, 18 de marzo de 2011

Sierra Nevada

Agradeciéndole mucho a mi padre que me trajera a este maravilloso mundo, decidí celebrar ser hijo de quién soy con una escapada a Sierra Nevada en compañía de un puñado de amigos y de otros que me encontré en las pistas.

El fin de semana, espectacular, la cámara en el apartamento. Así que a la espera de que Toñín me mande sus afotos voy a colgar las del domingo que por motivos ajenos a mi voluntad tuvimos que hacer turismo por la zona, lo cual tampoco está nada mal.


Pues con los esquís de montaña calentitos aún, nos fuimos Miriam, Javi, Nena y yo a pegarnos unas bajaditas en la estación más cargada de España, y parte, mucha parte, del extranjero. Llegamos de noche, había luna llena y yo quería a toda costa salir con los esquís para llegar al Veleta y bajármelo de noche. No pudo ser.



Al día siguiente no nos veíamos hartos con nada, había gente pero al tener la experiencia reciente con Rastry en enero sabíamos qué remontes iban a estar menos petados. Palmamos, como no, pero menos. Así que nos juntamos un buen grupete: Montse, Sergio, Julio, Eli, Miriam, Nena, Javi, y yo. Estuvimos esquiandonoslo todo, hasta que recibo una llamada de un número familiar que no consigo coger a tiempo, llamo y era Toñín que estaba en Sierra Nevada era su último día. Qué alegría al menos habían pasado tres años sin vernos. Así que nos juntamos 10.



Menudo día más bueno, por la tarde había menos gente y disfrutamos más aún hasta la extenuanción, y digo bien porque Nena iba tan cansada que se cruzó en la línea de Javi (1,96 m.) y al caer se rompió el 4º metacarpio de la mano izquierda en la última y fenomenal pista del Águila.



Con todo nos fuimos por la noche a cenar al Atalayi, restaurante de un buen amigo en Nigüelas.



El domingo malvendimos los forfaits y nos fuimos a ver Güejar-Sierra y cayeron un par de cañitas a la sombra porque no veas como pegaba el Lorenzo ya el primer día de primavera.








sábado, 5 de marzo de 2011

Inicio Esquí de Montaña. Mirador de Los Canchales. La Barranca.

Una llamada de mi amigo Javi y una propuesta, había caído un paquetón en la sierra y estaba perfecto para esquiar, yo aún no tenía los esquís de travesía pero estaba deseando probar la sensación de deslizarme por nieve que no fuera la de una estación de esquí, es lo que siempre he deseado desde antes incluso de conocer y practicar el esquí alpino. Siempre he pensado en aprender a esquiar en pistas para luego poder pasarme al esquí de montaña, y por fín, aquí estamos cargando con los esquís de alpino.


Nos dirigimos al valle de La Barranca, al carretera ya presentaba problemas para llegar al aparcamiento, ¡menuda la que había caído!


Acoplé los esquís a la mochila, metí las botas de esquí en la mochila y me puse las botas de alta montaña, la idea era hacer toda la ruta a pie y una vez en el Mirador de los Canchales cambiarme y bajar esquiando.


La nieve estaba recién caída y apenas había pisado nadie debido fundamentalmente a que los coches apenas podían llegar al aparcamiento.


La bajada fue de una sensación de libertad que me enganchó. 


A la semana siguiente ya tenía mi equipo de esquí de travesía.