Después de la visita a Benasque y de unas compritas por las tiendas de deportes (menudo vicio tenemos), nos tomamos unas cañitas con Pele y Juanjo y nos fuimos a cenar y a dormir al parking de Cerler.
A la mañana siguiente la idea era hacer aluna montaña cercana al puerto de L´Ampriu, pero cuál es nuestra sorpresa al llegar que está más pelao que el culo de un mandril. Así que vuelta al valle de Benás.
La primera idea era ir al Forau de Aigualluts, una formación rocosa que cierra el paso al río, sumidero natural de las aguas procedentes de los glaciares de Aneto y Maladeta y que emergen en el Vall d´Arán, con unas dimensiones de 70 metros de diámetro y 40 de profundidad.
Esta vez en lugar de utilizar la pista de esquí de fondo y habiendo escarmentado usamos las tablas y foqueamos remontando el río Ésera hasta alcanzar el llano del Hospital dónde aprender los principiantes del esquí de fondo. Pasada la zona de Llanos del Hospital empiezo a liarme la manta a la cabeza, parece que hay una buena pala para subir al Pico Salvaguardia y al pico Sayó. Sacamos el mapa y nos ponemos a ello.
En las primeras rampas vemos que la cosa no pinta tan bien hay nieve costra y ésta es muy difícil de controlar al descender, ratos te hundes y a ratos vas por encima pero no sabes cuándo se te va a hundir el suelo. La pala de bajada, desde abajo no tiene pinta de ser un camino de rosas y, sobre todo, es nuestra primera salida del año con las tablas, así que tras subir los primeros metros, vuelta sobre nuestras pisadas, pero aprovechamos para hacer una bajadita y comprobar que, efectivamente la nieve está juguetona.
Una vez en el valle de Benás volvemos a plantear la ruta inicial y cómo ya vamos un poco tocados del día anterior, de momento vamos a llegar a La Besurta y luego, ya veremos.
Alcanzamos La Besurta y el "ya veremos" se convierte en seguir hasta el Forau de Aigualluts, en poco más de 40´ llegamos a está alucinante maravilla de la naturaleza. Nos deleitamos con la naturaleza y sus caprichos y vuelta a la Fufi sin quitar las pieles salvo en la última bajada por la pista de esquí.
El día de nuevo excelente, y por lo visto en el resto de España agua y más agua como pudimos comprobar en el viaje de vuelta que no paró de llover desde Huesca hasta casa.