viernes, 16 de septiembre de 2011

Sierra da Freita

El viernes 16, me voy a una concentración de barranquistas que organiza el ECDC Portugal en la Sierra da Freita (Arouca). Otra vez con el coche hasta arriba de trastos.
Me adentro a Portugal por Salamanca, por la Sierra de Gata, espectacular, llegando a Ciudad Rodrigo, una ciudad salamantina monumental, cuyo encanto me hizo parar a dar una vuelta por su conjunto histórico.

Tras un zumo de plátano y arándanos en su Parador Nacional, tiro otro poco hacia la frontera. El combustible es más caro en Portugal, y las gasolineras españolas más baratas son las que hay pegadas a la frontera. Así lo hice y triunfé.

En Portugal la autovía iba de lujo hasta que el GPS me desvía y me lleva por Viseu, y después una carretera de montaña, sin líneas, ni señales; de asfalto, grava, tierra y baches.

Desesperado después de 2 horas rondando por Arouca, por fin encuentro dónde estaba el Camping, aparco, asomo la gaita por la valla y los barranquistas tenían un cerdo ensartado a la brasa. Nos pusimos como el anfitrión de la cena.


Un poco de charleta y a la cama, menuda la que preparamos el colchón Coleman un auténtico triunfo, pero si le pones sábana bajera, edredón nórdico y almohadas de plumas flipas, dormimos como bebés.


Al día siguiente nos fuimos a hacer el Pequeninho y el Frades Inferior.

Tardamos lo nuestro porque íbamos todo un regimiento y los rápeles eran eternos pero estuvo muy chulo era el primer barranco que hacía con "mi brother" Ana Lucía", un beso gordo guapa.

Edu y yo nos bajamos el Frades Inferior, este tío se vuelve loco con los saltos parece un canguro, yo pegué alguno pero hay que estar con ganas para saltar de 13 metros, así que el primero lo hice pero ya tuve bastante, después rapelando llegamos a juntarnos con otro grupo del ECDC Madrid y ECDC Andalucía y todos a reventar por la cuesta arriba hasta los coches.

El domingo hicimos el Ribeira da Mizarella, con un P-88 fraccionado en 50 + 38 m. muy guapo pues rapelas a lado de la cascada y que nos costó pasar 2 horas pues el grupo de delante eran 9 y el nuestro 14. Después nos movimos más rápidos por los saltos y rápeles más pequeños llegando al camping a las 16:00 h, no sin antes estampar un poquito el coche de Rubén en el de un portugués y tener que arreglar papeles.


La vuelta a casa fue bastante menos caótica.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Puerto de Navacerrada - Valsaín, por el camino Schmidt y Carretera de la República.

El lunes 12 después de irme al curro en bici, como me he prometido a mi mismo, todos los santos días del señor (que me apetezca), y después de la boda tan ajetreada que tuvimos el puente-finde que hicimos Nena y yo. Me llama Reymon para hacernos un descenso por la Sierra de Guadarrama, a lo que al primer envite respondo que no que me quedo a recoger el follón del finde, luego, fríamente, pienso que le den por ahí a los trastos que ya los recogeré, así que llego a casa (en bici), engullo como los pavos y me piro a buscar a Reymon a Alcorcón, de ahí nos vamos al Puerto de Navacerrada, nos ponemos protecciones como un caballero medieval y nos vamos con las bicis de descenso hacia el camino Schmidt.


 
La tarde estaba perfecta, era mi segundo descenso pero esta vez llevaba lo que viene a llamarse una Bici de Descenso y no el hierro sin amortiguadores que tengo que con estas bajadas se me saltan los empastes.


Ahora sí que voy a disfrutar, y así fue, ReyMoon llevaba su cámara de video integrada en las gafas y grabó gran parte del descendo. Al llegar a la Fuenfría decidimos bajarnos a Valsaín, se nos iba a hacer de noche fijo pero nos dio igual. Sin haberlo tenido en cuenta resulta que era luna llena (entonces comprendí qué hacía yo allí Auuuuu), y gracias a ella pudimos hacer los últimos kilómetros hasta Valsaín.

Ahora tocaba llamar a un taxi para que nos subiera al Puerto, pero me acordé que aún debía vivir en Valsaín Saioa, una amiga de hace muuucho tiempo, la llamé, estaba en Cotos recogiendo muestras para su trabajo en el Museo de Ciencias, nos dijo que la esperásemos en su casa con una cervecita y que luego nos subía. Y no sólo eso sino que nos invitó a cenar. ¡Qué tía más maja!
Un beso fuerte, guapa!